10 febrero 2006

De la antigua Grecia hasta la Edad Media

Los antecedentes históricos de legislación sobre el ruido se remontan hasta la Grecia clásica y el derecho romano.

Así en la ciudad de Síbaris junto al golfo de Tarento en Calabria, perteneciente a la Magna Grecia, y conocida por sus costumbres refinadas; ya en el año 600 a.C los gobernantes prohibieron trabajar los metales a martillazos dentro de los límites urbanos. Los artesanos que trabajaban con el martillo eran obligados a desplazarse fuera de las murallas de la ciudad para evitar las molestias a los otros ciudadanos. En esta ciudad griega también estaba prohibido cuidar gallos que perturbaran el descanso nocturno de los ciudadanos. Bien es cierto que la democracia directa de la que disfrutaba la ciudadanía griega hace más de dos milenios distaba mucho de la democracia “delegativa” que padecemos en Getafe.

Desde hace casi dos milenios se conoce que la exposición a sonidos intensos incluidos en el campo auditivo producían déficits auditivos. En la Roma del siglo I, Plinio el Viejo nos dejó escrito en su tratado Historia natural la observación que hizo de personas que vivían junto a las cataratas del Nilo, muchas de las cuales sufrían sordera. Señalar que Plinio el Viejo fue uno de los desaparecidos en la erupción del Vesubio que sepultó la ciudad de Pompeya.

En un escenario más simbólico, Dante (1265-1321) relata que el ruido era un invento del demonio y que algunos condenados al infierno eran sometidos a la tortura de un ruido sin fin como castigo de sus culpas.

Sin embargo, hasta no hace muchas décadas el oído humano preferentemente se encontraba expuesto a sonidos procedentes de la naturaleza donde no existen sonidos de alta intensidad a excepción del ruido del agua o las tormentas.

Pero a partir del uso de maquinarias desde las herrerías en la edad Media el inicio de la artillería en las guerras, se observó como los sujetos sometidos a sonidos de intensidades elevadas desarrollaban sorderas profundas.

Próximamente extraeremos otros ejemplos de la historia y de la literatura de todos los tiempos, para poner de manifiesto que el ruido ha constituido un problema de preocupación social y política en todas las sociedades a lo largo de la historia y, paralelamente, que tampoco es nueva la práctica de medidas contra este tipo de contaminación.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Señor@s por lo que parece segun Dante, el sr castro os ha condenado al infierno,¿por qué sera?

11:55 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Si Cicerón et moi levions la tête...

12:27 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ningún pájaro se eleva demasiado alto, si se eleva con sus propias alas.

11:11 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

sobre todo si el pájaro es muy pesado... menudos pájaros

9:27 a. m.  

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